miércoles, 26 de marzo de 2014

Sábado 22, 2013 // Crónica “Cerro de la Marmota”

 
 
 
 
Primer fin de semana de primavera y parece que el grupo se va desperezando. Hemos quedado para ir al Cerro de la Marmota, una ruta no demasiado exigente pero lo suficientemente larga como para empezar a ponernos a tono.

Quedamos en el puente del carril bici a las 09:00 h. y estábamos Jorge (alias Chacal), Luis (alias Sport Billy), Javier (alias Purito) y yo mismo conocido como "Volcán". La verdad es que el mote no me hace el honor ya que yo soy un diésel por los cuatro costados pero…. "El Granaíno" nos ha mandó un whatsapp a las 4,30 diciendo que se le complicaba la cena y que no le iba a dar tiempo a vestirse, que no le esperásemos….

¡Puntuales! Hemos sido puntuales. Esperamos que se mantenga esta tónica el resto de la temporada.

Los primeros kilómetros discurrían por el carril bici de la carretera de Colmenar Viejo, hasta llegar a Tres Cantos. Nos han venido bien para calentar y ponernos al día de los chismorreos.

Al llegar a Tres Cantos hemos cogido la pista que sale de la derecha y que nos lleva hacia el río. Una cuesta debajo de unos tres kilómetros que hemos disfrutado aunque en los últimos metros el Invierno había hecho de las suyas dejando unos regueros bastante profundos.

Una vez abajo, cruzamos el río y cogimos la pista que va paralela a la valla del coto privado de caza número 1 de España, donde sólo pueden cazar los Reyes y dictadores que nos han ido gobernando a lo largo de la historia. Este coto se llama "El Pardo".

Estos kilómetros son de subida y, como siempre, nos esperamos en la entrada del Pardo donde está la casa del guarda. Cada uno llega como puede, a su ritmo. Mientras nos comemos algo de lo que hemos traído comentamos como se ha hecho de famosa esa entrada, ya que lleva directo a la casa que nuestro monarca le preparó a su compañera Corinna para que disfrutara del Pardo.

Desde allí se ve el Cerro de la Marmota que marcará el punto intermedio de nuestra ruta.

Tras el refrigerio, continuamos por la pista. Ahora toca bajar, aunque con precaución. Una vez abajo y a los pies del Cerro de la Marmota, comienza la subida de piedras. De tanto ciclista se ha ido haciendo un reguerillo que permite ir más cómodo, eso sí, uno detrás de otro como buenos hermanos. Como siempre, se hace un pelín larga. A mitad de recorrido hay un puente donde siempre paramos para echar un vistazo al pantano de "El Pardo" a nuestras espaldas, que es el único sitio donde podemos contemplarlo dado que no se puede entrar al coto. Buena excusa para descansar unos segundos.

La pista acaba en una carretera semi-asfaltada desde donde se divisa Colmenar Viejo. Llegando a Colmenar Viejo, a la derecha, está la Ermita de Santa Ana, sitio perfecto para esperarnos y echar un trago de agua de la fuente.

Mientras que nos acabamos las chocolatinas decidimos que la vuelta sea por la pista que sale desde el cementerio de Colmenar Viejo. Esta pista es inicialmente facilona ya que comienza bajando, luego se convierte en un pequeño rompe-piernas. Debemos volver a pasar el río varias veces, cosa que no entraña demasiada complicación dado que no lleva mucha agua.

El recorrido nos devuelve otra vez a la valla del Pardo donde pasamos el río por primera vez, por lo que toca subir la cuesta que bajamos a primera hora de la mañana. Se notan los kilómetros y la subida no es tan alegre como nos hubiésemos imaginado.

Una vez arriba, cogimos el carril bici en Tres Cantos de vuelta a Madrid. Parece que hay prisa y cogemos un ritmo de pedaleo del que estoy seguro de que mañana las piernas me lo recordarán.

Han sido unos 52 kilómetros y algo más de tres horitas de bici. No está mal pero claramente mejorable.

¡Saludos compañeros del metal y de acción sindical!
 
Fotos:
 

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