miércoles, 28 de mayo de 2014

San Ginés

 
 
Sábado 24 de mayo, 8 de la mañana, parking de Mendizorroza. Los Betigoras puntuales como siempre, quedamos para trasladarnos en coche hasta Labastida (San Ginés). Vidal se cae a última hora de la lista ya que sus tendones han dicho basta. Insiste en jugar a cosas de chiquillos (baloncesto) y luego mira lo que pasa…..le damos ánimos y quedamos con él y las chicas para la comida.
 
A las 9, después de prepararnos, ya estamos rodando hacia Labastida dirección Briñas con alguna duda ya que los GPS se hacen los remolones. Empieza lo serio cuando encaramos hacia Salinillas de Buradón y nos encontramos con una “pared” digna del Tour de Flandes. Cuando llegamos arriba más de uno se pregunta: ¿Dónde me he metido yo?, menos mal que la bajada nos recupera y a partir de aquí las cuestas se suavizan. Abandonamos Salinillas y entramos por un pequeño y precioso barranco que nos conduce a los pies de la Sierra de Cantabria. Mikel con un ritmo digno del mejor gregario encabeza el pelotón y lo estira sin piedad.
 
Casi sin darnos cuenta, alcanzamos los 800 m. de altitud y nos vamos animando con las primeras vistas del entorno. Cuando llegamos a los primeros hayedos decidimos que es buen momento para reponer fuerzas y agruparnos ya que esta vez ha sido Miguel Angel quien ha roto el grupo en la subida (qué forma física presenta el mozo).
 
A falta de 200 m. para alcanzar la cima, Javi y Raúl hacen “un recto” y tomando un atajo, se encaminan hacia la bajada sin pasar por el Toloño (no saben nada los pájaros). El resto afrontamos las últimas cuestas con determinación (y en algunos momentos con la bici en la mano…) para a las 12 en punto llegar a lo más alto. Risas y fotos junto a las ruinas del monasterio y “pa bajo”. La primera parte de la bajada (sal si puedes) la afrontamos con cautela ya que el camino no permite muchas alegrías. Pronto alcanzamos sendas más cómodas y con la maestría que nos caracteriza llegamos a Ribas de Tereso en un abrir y cerrar de ojos.
 
El GPS de Miguel Angel vuelve a engañarnos y nos comemos el último tramo de caminos por lo que hacemos los últimos 4 kms por la carretera hasta Labastida. Unos tragos en la fuente de la plaza y remontamos hasta San Ginés para completar la jornada.
 
La ruta ha merecido la pena;  37 kms rompepiernas pero muy gratificantes con paisajes preciosos y muy diversos: viñedos, robledales, hayedos, bojedales…¡para repetir!. Nos emplazamos para el año que viene con el compromiso de que si el tiempo no lo impide, remataremos con una chuletada en San Ginés.
 
Para poner la guinda al pastel, comimos en el Jatorrena unas excelentes patatas con chorizo y chuletillas que nos dejaron todavía más satisfechos.
 
¡Hasta la próxima!
 
 
Fotos:
 
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