KM: 66.1
V.media 11.4
V.max 55.8
Tiempo 5:47
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Joselito del camino, txikita la peregrina y tocxi el picador siguen su avance hacia Santiago. Abandonamos León desde la Laguna y como no , con una cuesta arriba. Nos quedaban 2 km de la etapa de ayer, así que, después de desayunar , ¡¡toma tostada de fresa!!. Ponemos el plato de postre y entramos en Galicia.
O Cebreiro no tiene gran cosa pero tiene su encanto. Vemos la ermita y el Santo Grial, unas fotos y vamonos que hay que seguir subiendo.
El alto San Roque, otro alto que hacemos por carretera despacito y con buena letra.
Más fotos, pero vamos a irnos que todavía nos queda una bajadita y volver a subir, el alto del Poio.
Esta va a ser la constante del día, subir y bajar.
Los primeros km de la bajada hasta Triacastela la hacemos por carretera. Mucho peregrino andando y sendero estrecho. Luego ya nos metemos al camino y la verdad es que da gusto, paisajes muy bonitos y buen firme. Hace dos años bajamos todo por carretera porque hacia tanta niebla y llovía que casi no nos veíamos ni nosotros. Pero este año la cosa está espectacular.
Tras un largo y tranquilo descenso, aparecemos en Triacastela.
Una vez aquí, decidimos si ir por Samos o por La Balsa. Tomamos esta última. Y al principio casi nos arrepentimos, pero los pueblos y caminos por los que pasamos tienen su encanto, es más, diría que mucho encanto.
Pero como he dicho antes, estamos en Galicia y esto es un sube y baja que parece que no avanzas.
Nuestro próximo destino, Sarria. Al cual nos cuesta llegar, pero mas vale que los caminos son bonitos. Caminos que bordean pastos de vacas y desembocan en pueblecitos o caseríos aislados . Por fin divisamos Sarria, y en una bajada por asfalto, aparecemos allí.
Hora de comer.
Comemos y para salir de aquí, otra vez cuesta arriba.
El camino no cambia demasiado, el paisaje espectacular, el firme relativamente en buen estado, el sube baja sigue y la sensación de no avanzar continúa Sólo son 20 km desde Sarria hasta Portomarin pero se hacen largos.
Cierto es que tampoco nos matamos así que a las 18.15 cruzamos el puente que salva el río Miño y entramos en Portomarin.
El albergue lo teniamos reservado, O Mirador. Y a partir de aquí ya sabéis lo que toca.
Con las labores ya hechas nos vamos a que nos invite a una caña Joselito del camino que es su cumple. No caen una sino dos y en la segunda conocemos a otro personaje del camino Juankagrino. Hablamos con el y nos regala unos peregrinitos de alambre que los hace en el momento. Suele estar de hospitalero en Los Arcos en otoño y conoce Kanpezu porque suele ir a Fresnedo a bañarse y al refugio del Conde y en primavera y en verano recorre el camino, aunque suele poner un puesto de sus manualidades en el monte del gozo.
Otra persona peculiar y que vive del camino y que trasmite algo , algo, con lo que ha nacido y que con el paso de la vida y el tiempo refuerza y transmite.
En fin..., que nos despedimos de el y nos vamos a cenar. Cenamos en el albergue y lo hacemos bien. Dos txupito de licor de café, el de ayer estaba mejor, y al sobre que mañana hay que dar más pedales. Sólo son 40 km, pero hay que hacerlos.
O Cebreiro no tiene gran cosa pero tiene su encanto. Vemos la ermita y el Santo Grial, unas fotos y vamonos que hay que seguir subiendo.
El alto San Roque, otro alto que hacemos por carretera despacito y con buena letra.
Más fotos, pero vamos a irnos que todavía nos queda una bajadita y volver a subir, el alto del Poio.
Esta va a ser la constante del día, subir y bajar.
Los primeros km de la bajada hasta Triacastela la hacemos por carretera. Mucho peregrino andando y sendero estrecho. Luego ya nos metemos al camino y la verdad es que da gusto, paisajes muy bonitos y buen firme. Hace dos años bajamos todo por carretera porque hacia tanta niebla y llovía que casi no nos veíamos ni nosotros. Pero este año la cosa está espectacular.
Tras un largo y tranquilo descenso, aparecemos en Triacastela.
Una vez aquí, decidimos si ir por Samos o por La Balsa. Tomamos esta última. Y al principio casi nos arrepentimos, pero los pueblos y caminos por los que pasamos tienen su encanto, es más, diría que mucho encanto.
Pero como he dicho antes, estamos en Galicia y esto es un sube y baja que parece que no avanzas.
Nuestro próximo destino, Sarria. Al cual nos cuesta llegar, pero mas vale que los caminos son bonitos. Caminos que bordean pastos de vacas y desembocan en pueblecitos o caseríos aislados . Por fin divisamos Sarria, y en una bajada por asfalto, aparecemos allí.
Hora de comer.
Comemos y para salir de aquí, otra vez cuesta arriba.
El camino no cambia demasiado, el paisaje espectacular, el firme relativamente en buen estado, el sube baja sigue y la sensación de no avanzar continúa Sólo son 20 km desde Sarria hasta Portomarin pero se hacen largos.
Cierto es que tampoco nos matamos así que a las 18.15 cruzamos el puente que salva el río Miño y entramos en Portomarin.
El albergue lo teniamos reservado, O Mirador. Y a partir de aquí ya sabéis lo que toca.
Con las labores ya hechas nos vamos a que nos invite a una caña Joselito del camino que es su cumple. No caen una sino dos y en la segunda conocemos a otro personaje del camino Juankagrino. Hablamos con el y nos regala unos peregrinitos de alambre que los hace en el momento. Suele estar de hospitalero en Los Arcos en otoño y conoce Kanpezu porque suele ir a Fresnedo a bañarse y al refugio del Conde y en primavera y en verano recorre el camino, aunque suele poner un puesto de sus manualidades en el monte del gozo.
Otra persona peculiar y que vive del camino y que trasmite algo , algo, con lo que ha nacido y que con el paso de la vida y el tiempo refuerza y transmite.
En fin..., que nos despedimos de el y nos vamos a cenar. Cenamos en el albergue y lo hacemos bien. Dos txupito de licor de café, el de ayer estaba mejor, y al sobre que mañana hay que dar más pedales. Sólo son 40 km, pero hay que hacerlos.
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