lunes, 3 de abril de 2017
ANTIGUAS MINAS DE YESO EN PAUL.
Para este domingo Raúl había preparado una salida que según Ander era una "Calzoncillada". Así que me vi obligado, en secreto, a buscar un par de opciones para redondear la ruta.
Habíamos quedado a las 8:30 en San Prudencio y por poco no llego. Tocaba cambio de hora, mi despertador no se quiso enterar y en 20 minutos llegué de mi cama al Santo (no creo que sea capaz de repetirlo otra vez).
Cuando llegué, exhausto, allí me esperaban Raúl, Ander, Jose, Oscar, Carlos y Mendi. Inmediatamente nos pusimos en movimiento, con un poco de incertidumbre con el tema barro. El día anterior habían caído 30 litros de lluvia.
Enseguida nuestros miedos se hicieron realidad y cuando pisamos el primer sendero un charco largo como un río nos miró con una sucia sonrisa. Ja, yo no estaba dispuesto a ensuciar mi nueva equipación de Betigora. Perdón, había olvidado comentar que era el estreno oficial de la nueva ropa (requeté guapos que íbamos). Ander, que es un jabalí, disfrutó metiéndose por los charcos en plancha para mancharnos. Esos malos actos se los hizo pagar la justicia divina en forma de barro en su transmisión y se pasó toda la mañana limpiando y engrasando.
Subimos hasta la Ermita de Santa Marina (todos conocemos más de una Ermita con ese nombre) y allí Raúl y yo destapamos el secreto de la opción 2 que solo nosotros conocíamos. El cambio era un atajo que subía desde Anúcita hasta San Vítores y bajaba a Nanclares. El personal no estaba muy convencido, pero José se animó y entre los tres engañamos a los demás (jejeje pobres).
Después de esto bajamos a las antiguas minas de Yeso de Paúl (o Pául como dice Rául). Las minas son muy interesantes de ver y pasamos allí un buen rato. La mañana iba pasando junto con los kilómetros y llegamos a Anúcita donde arrancó la subidita del atajo (jajaja). Cuando todos respirábamos porque la subida se había acabado, tocó un cresteo de sube y bajas que nos dejó a todos machacados (menos a José que es incombustible). En uno de los toboganes Oscar partió la cadena y entonces me di cuenta de que ya no iba a llegar a comer a casa a tiempo (mensajito a la familia y adelante). Tras la reparación, tocó bajada peligrosa, por el barro, por suerte sin incidentes.
Una vez abajo nos planteamos la opción 3 y unánimemente decidimos ir por la carretera dirección Ariñez hasta Vitoria.
Yo llegué cansado pero entero y me consta que alguno me odió durante la subida de la opción 2 que acabó con sus fuerzas.
Por la tarde me perdonaron y creo que todos repetirán, hasta Mendi (el nuevo) haciéndome prometer que no habrá más atajos-opción 2 que solo acumulan subidas sin restar kilómetros.
Un placer como siempre y hasta la próxima.
Fotos:
https://goo.gl/photos/ePdQfHM23RWW6rTYA
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