Esta era la intención de los seis “iluminados “que a las 5
de la mañana nos hemos juntado en Zarate.
Tras los prepartivos, luces, agua y demás necesidades, hemos
empezado el ascenso. La noche o madrugada estaba estupenda, buena temperatura y
nada de viento.
El ascenso lo hemos hecho tranquilamente entre los berridos
de los ciervos. Unos más cercanos que otros. Ver no hemos visto ninguno, pero oír
muchos.
Pero antes de llegar a Pagazuri ya hemos notado que el
viento se había levantado y que se estaba echando la niebla. Tras ponernos los
chubasqueros hemos seguido y la cosa ya se había completado del todo. Viento,
niebla y la temperatura ya empezaba a ser fresca.
Antes de emprender la última cuesta para llegar al cresterio
nos hemos agrupado por si acaso salía nuestro amigo el mastín.
La recta que te lleva hasta la cruz, siempre es interminable
y mas, con viento del norte como siempre y una niebla bastante densa.
Hacemos cumbre y tras cuatro fotos, que no sé nada, nos tiramos
hacia la txabola de Gorostiano para comer (o desayunar) y que no hubiera tanta
niebla.
Para las 8.30 estábamos abajo, en la pista que te lleva al
parke-etxe. Como nos parecía pronto para ir a almorzar, nos hemos ido a ver el
Menhir del Arlobi.
Aquí alguno ha decidido bañarse en el rio y así lo ha hecho.
Todos hemos pasado menos uno que ha decidido bajarse de costado. Tras las risas
de rigor y ver que no había sido más que un chapuzón mañanero hemos llegado al
Menhir.
Tras oír algún ciervo berreando, ver unas vacas
tranquilamente tumbadas y una foto del grupo, cogemos dirección Murguía.
Llegamos a Murguía y damos cuenta de un buen almuerzo. Y de
aquí muy pero que muy tranquilos porque nos pesaba la panza hemos llegado a
Zarate donde teníamos los coches.
Fotos:
https://plus.google.com/photos/102084057565608027578/albums/5928309788846179505?authkey=CI2F8eLopcXCsAE
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