Después de varios años leyendo sobre este maratón que se organiza en Sariñena, en el 2016 se cuadraban los astros y nos apuntamos 5+1 betigoras a la prueba. Cuatro (la reina madre, Raúl, Jesus y Vidal) vinieron de Vitoria-Gasteiz y dos (Javi y yo mismo) vinimos de los Madriles.
Nos encontramos en el pabellón donde se repartían los dorsales y hay empezaron a hacernos las primeras fotos. La fama es lo que tiene. Jesús llego un pelín más tarde ya que venía directo con su nuevo coche con nombre Afgano: Kandahar.
El pueblo estaba completamente volcado en la recta de salida y a la guardia civil le costaba mantener la carretera despejada. Nos dan la salida, la gente animaba y llenaba las aceras de Sariñena. Con un ambiente así y el cielo despejado, el sábado se prestaba a ser un gran día de bici pero… el cierzo se empeñó en complicarnos un pelín la carrera.
Los primeros kilómetros ya son un clásico en este tipo de pruebas: averías, caídas varias por la aglomeración de bikers e incluso embotellamientos al estilo del Talajara. Poco a poco se va estirando el grupo y nos damos cuenta que el viento es muy incómodo y nos va a hacer la prueba más dura de lo previsto. El viento promediaba unos 35 km/h y había rachas de viento que llegaban a alcanzar los 70 km/h, por lo que os podéis imaginar que a veces el manejo de la bici se volvía complicado.
Pasado el primer control de avituallamiento nos encontramos con la primera dificultad del día, el Alto de Piedrafita. Subida continuada y sin mucha dificultad técnica que tenía unas vistas muy chulas de Monegros. Una vez arriba, la organización nos avisa que han cancelado la ruta larga y que todos debíamos continuar por la ruta corta. Al parecer el viento había producido varias caídas en el descenso y creo que con acierto decidieron desviarnos.
En ese momento Vidal, Jesus y Javi enloquecieron y tras un "¡de puta madre! nos hemos quitado 35 km de un plumazo" empezaron a dar pedales como si no hubiera un mañana, empezando así a definir la carrera. Por detrás, venían Raúl y Miguel (habían salido más tarde) y yo en medio, a mi ritmo y tan a gustito.
Los últimos kilómetros se hacen eternos no por la dificultad sino por la paliza a la que nos tenía sometido el cierzo. Ni siquiera en esas rectas llanas se lograba una marcheta alegre dado que el viento siempre nos dada de lado o de frente. Una vez en meta abrazos varios, fiesta de la pasta y agrupamiento familiar para tomarnos unas cervezas y mi tonificante gintonic.
Clasificaciones
Aquí hemos tenido que tirar de abogados ya que había algo de desconcierto y los jueces de carrera estaban muy dubitativos y no atendían mucho a razones. Me explico:
De los 7,246 bikers que acabaron la prueba; un tercio hizo la carrera larga pero como la organización había decidido cancelarla, han quedado eliminados. ¡2.415 bikers fuera!
De los 4.831 bikers que quedan, solo cuentan los que llegaron por delate nuestro, es decir aproximadamente un 33%. Por lo tanto 3.221 bikers no cuentan por quedar detrás de nosotros.
De los 1.610 bikers restantes, hemos decidido retirar a un tercio por no llevar el equipo ciclista en perfecto estado de revista. De esta manera, quedamos en carrera 1.074 bikers.
Tras los controles de orina de la UCI; 950 bikers han dado positivo por clembuterol. La carne en Monegros es muy traicionera. Por lo tanto ya sólo quedamos 124 ciclistas.
Se ha podido comprobar que la inscripción de 110 bikers tenía defectos de forma, por lo que hemos procedido a descalificarlos.
Por lo tanto, hemos quedado entre los 14 primeros que sinceramente creo que no está nada mal. Malo será que no empecemos a recibir llamadas de equipos ciclistas profesionales.
De esta manera, hablaré con Pascual Momparler, seleccionador nacional de ciclocross, para que a los juegos olímpicos de Río se lleve a Vidal, a Jesus y a Javi. No se podrá negar después la exhibición en Monegros y la clasificación obtenida.
Saludos cordiales.
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