Este año se celebraba el campeonato del mundo de ciclismo en la capital del Bierzo, en Ponferrada y el destino nos ha empujado a disfrutarlo. Me explico. La línea de meta estaba en frente del centro comercial "El Rosal" que casualmente administramos; la UCI nos solicitó una terraza para las
autoridades a cambio de unos cuantos pases vips; mis jefes rechazaron los pases vips y al final de la cadena me encontraba yo con la mano levantada. Resumiendo, el destino nos regaló tres pases vips que no podíamos dejar pasar ya que estas cosas suceden una vez en la vida.
El plan era perfecto. Dormíamos en Filiel un pueblecito a una horita de Ponferrada donde Javi tiene una casa familiar. De Vitoria salía Alberto que llegaba el sábado a media mañana. De Madrid salimos Javi y yo con las bicis.
El sábado por la mañana nos levantamos pronto y nos fuimos a dar una vuelta en bici. Salió un día simplemente espectacular. La idea era subir El Morredero, donde se construyeron unas pistas de esquí que quedaron abandonadas al no ser rentables. No llegamos arriba, nos quedamos a unos tres kilómetros. Nos dimos la vuelta para no hacer esperar a Alberto que estaba de visita turística por Astorga. La verdad es que no importó darse la vuelta ya que así tenemos excusa para volver. El paisaje era fantástico y las pistas de la zona del Morredero son altamente recomendables. ¡Volveremos!
Sábado por la tarde nos acercamos a Ponferrada. Era el turno de las chicas. Las vimos pasar varias veces y nos dimos una vuelta por Ponferrada. Nos encontramos con el mayor castillo templario de Europa y todas las aficiones de los diferentes países: Bélgica, Italia, Francia, Suiza, Estados Unidos, … El ambiente era fantástico.
El domingo era el turno de los chicos; volvimos a madrugar ya que la carrera empezaba a las 10h y teníamos una hora de coche. Llegamos por los pelos y los vimos salir a los chicos. El día se presentaba complicado para los ciclistas ya que llovía. Para nosotros no era mayor problema, con las entradas vip nos sentamos en un graderío techado en línea de meta que tenía una pantalla de televisión enorme y nos tenía perfectamente informados de todo.
Nos pasamos el día saliendo y entrando en la zona vip para ver a los corredores desde diferentes posiciones. Comimos en una terracita a escasos tres metros del recorrido y los veíamos pasar mientras disfrutábamos de la carne y de las mollejas.
El final lo vivimos intensamente en la zona vip. En la última vuelta se escapó el polaco Kwiatkoski y Alberto lo clavó; dijo que si llegaba arriba con más de seis segundos de ventaja sería el campeón del mundo. Así fue. Por detrás se organizó la de dios en cristo para darle caza bajando pero no hubo forma.
Sólo me queda agradecer a mi compañero de trabajo por los pases vips, a Alberto y a Javi por su compañía. Pude constatar que Alberto es una enciclopedia con patas en lo referente al ciclismo y un gran disertador. Lo disfruté muchísimo y todos los aficionados al ciclismo deberían al menos disfrutar de un campeonato del mundo una vez en la vida. Ahí dejo esta crónica para mayor gloria de los Betigoras.
autoridades a cambio de unos cuantos pases vips; mis jefes rechazaron los pases vips y al final de la cadena me encontraba yo con la mano levantada. Resumiendo, el destino nos regaló tres pases vips que no podíamos dejar pasar ya que estas cosas suceden una vez en la vida.
El plan era perfecto. Dormíamos en Filiel un pueblecito a una horita de Ponferrada donde Javi tiene una casa familiar. De Vitoria salía Alberto que llegaba el sábado a media mañana. De Madrid salimos Javi y yo con las bicis.
El sábado por la mañana nos levantamos pronto y nos fuimos a dar una vuelta en bici. Salió un día simplemente espectacular. La idea era subir El Morredero, donde se construyeron unas pistas de esquí que quedaron abandonadas al no ser rentables. No llegamos arriba, nos quedamos a unos tres kilómetros. Nos dimos la vuelta para no hacer esperar a Alberto que estaba de visita turística por Astorga. La verdad es que no importó darse la vuelta ya que así tenemos excusa para volver. El paisaje era fantástico y las pistas de la zona del Morredero son altamente recomendables. ¡Volveremos!
Sábado por la tarde nos acercamos a Ponferrada. Era el turno de las chicas. Las vimos pasar varias veces y nos dimos una vuelta por Ponferrada. Nos encontramos con el mayor castillo templario de Europa y todas las aficiones de los diferentes países: Bélgica, Italia, Francia, Suiza, Estados Unidos, … El ambiente era fantástico.
El domingo era el turno de los chicos; volvimos a madrugar ya que la carrera empezaba a las 10h y teníamos una hora de coche. Llegamos por los pelos y los vimos salir a los chicos. El día se presentaba complicado para los ciclistas ya que llovía. Para nosotros no era mayor problema, con las entradas vip nos sentamos en un graderío techado en línea de meta que tenía una pantalla de televisión enorme y nos tenía perfectamente informados de todo.
Nos pasamos el día saliendo y entrando en la zona vip para ver a los corredores desde diferentes posiciones. Comimos en una terracita a escasos tres metros del recorrido y los veíamos pasar mientras disfrutábamos de la carne y de las mollejas.
El final lo vivimos intensamente en la zona vip. En la última vuelta se escapó el polaco Kwiatkoski y Alberto lo clavó; dijo que si llegaba arriba con más de seis segundos de ventaja sería el campeón del mundo. Así fue. Por detrás se organizó la de dios en cristo para darle caza bajando pero no hubo forma.
Sólo me queda agradecer a mi compañero de trabajo por los pases vips, a Alberto y a Javi por su compañía. Pude constatar que Alberto es una enciclopedia con patas en lo referente al ciclismo y un gran disertador. Lo disfruté muchísimo y todos los aficionados al ciclismo deberían al menos disfrutar de un campeonato del mundo una vez en la vida. Ahí dejo esta crónica para mayor gloria de los Betigoras.
Fotos:
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Videos:
http://youtu.be/0Ssl3O_go5w
http://youtu.be/0q4evB7D8m8
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