Para los amantes del ciclismo era una oportunidad que no podíamos dejar pasar y menos cuando además las circunstancias son favorables.
Allá por el mes de junio, en la última edición de la Iruña-Gasteiz, Alex comentó que cabía la posibilidad de obtener alguna acreditación para las gradas de la zona vip en la línea de meta. Quedamos en ir hablándolo y ver si la intención se convertía en realidad…y para nuestra alegría así fue.
Finalmente 3 afortunados (Alex, Javi –amigo de Alex que ya participó el año pasado en la Iruña-Gasteiz- y yo-Alberto-) nos fuimos a Ponferrada con toda la ilusión. El viernes 26 se adelantaron Javi y Alex con la idea de hacer el sábado por la mañana una ruta por los alrededores y yo me uní a ellos al mediodía. Me hubiera gustado mucho haberles acompañado pero no me fue posible…a lo mejor en otra ocasión.
Nuestra base de operaciones estuvo en un bonito pueblecito llamado Filiel que se encuentra a medio camino entre Astorga y Ponferrada. El sábado después de comer, pusimos rumbo a Ponferrada para ver la prueba Élite femenina y recoger nuestras acreditaciones. Cuando llegamos, pudimos ver el gran ambiente que se respiraba en los aledaños del circuito y después dimos una vuelta por el centro para tomar unas kañitas preparando el cuerpo para la cena.
El domingo nos levantamos prontito para evitar los previsibles atascos a la entrada del circuito pero, a pesar del intento, tuvimos que aparcar un poco lejos. Con todo, llegamos a tiempo para ver la salida de los Élite masculino y ya empezamos a ser conscientes de que la jornada se presentaba apasionante. Fuimos a reconocer las gradas de la línea de llegada y comprobamos que estaba todo a nuestro gusto….salvo un pequeño detalle: no eramos del todo vips!, había zonas que se necesitaba una pulserita…por supuesto nos quejamos amargamente a Alex por semejante fallo…¡que no vuelva a ocurrir!
Después de las bromas, dimos una pequeña vuelta por los alrededores del circuito, comimos en una terraza viendo el paso de los ciclistas y por fin vimos las 3 últimas vueltas cómodamente sentados en nuestros asientos desde donde a través de una pantalla gigante veíamos la prueba.
El final fue emocionantísimo, gran colofón a una jornada inolvidable.
Gracias Álex y gracias Javi.
¡Hasta la próxima!
Alberto
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